Se aproximan las elecciones al Parlamento Europeo
(22 a 25 de mayo de 2014) y una vez más los españoles que nos encontramos fuera
de España nos enfrentamos a la tortuosa labor de obtener el “voto
rogado” o dicho de otra manera “tener que rogar para votar”. Eso no es democrático. Y pensar que esa faena nos la hicieron los
dos partidos mayoritarios que se pusieron en común acuerdo para desvalijarnos
de un derecho que, según entiendo, nos garantiza nuestra constitución.
¿Por qué
tengo yo que pedir que por favor me envíen las papeletas ya que quiero ejercer
mis derechos como ciudadano español en el extranjero? Fulano, mengano o perengano en cualquier
pueblecito de España no tiene que hacerlo, solo tiene que ir al centro de urnas
más cercano, que el gobierno garantiza que no estará a mas de 500 metros de
distancia, enseñar su DNI y votar.
A cambio, aquí en las antípodas, comunidades
enteras de españoles que viven lejos de uno de los tres consulados que tenemos,
tienen que sufrir un tortuoso y costoso proceso de papeleo para conseguir las
papeletas y después votar. Así no es de extrañar
que el voto de la emigración que una vez llegaba al 30 por ciento hoy día haya caído
a niveles tan bajos como el ¡4 por ciento!
Esos dos mismos partidos mayoritarios que una
vez se pusieron de acuerdo para dificultarnos uno de los derechos más
fundamentales que garantiza la constitución ahora se desbordan con promesas de
devolvernos lo que en su día nos quitaron.
Y nosotros decimos:
En memoria a Nelson Mandela
Que en paz descanse
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