Ya ha comenzado el año escolar en Europa y
estamos a la expectativa de la actitud que adoptará el gobierno frente al
rechazo y repetidas protestas y manifestaciones de nuestras comunidades,
particularmente en Francia y Suiza donde está la gran mayoría de alumnos,
contra las nuevas instrucciones de las ALCE.
A modo de recordatorio, lo que los “españoles en el exterior”
protestamos es la introducción de las clases no presenciales. Esto quiere decir que mientras que hasta el
final del curso pasado los alumnos tenían tres horas de clases presenciales a
la semana. Ahora solo tienen una hora y
media de clases presenciales y hora y media “on-line”, a través de la
recientemente introducida Aula Internacional.
En Australia el curso escolar no empieza hasta
febrero del año que viene, así que tenemos un poco de tiempo para considerar
nuestra posición. Los CREs de Melbourne
y Canberra, juntos con la Consejería de Educación
de nuestra embajada, han organizado
sesiones informativas dirigidas a la comunidad en general, pero muy en
particular, a los padres/abuelos de nuestros alumnos. Aunque la asistencia a estas sesiones no fue
exactamente desbordante, hubo un número representativo de padres, madres,
abuelos, abuelas y otras personas interesadas que participaron y dieron su opinión.
El sentir de la comunidad parece estar
dividido. Por un lado se piensa que, de
alguna manera, las nuevas medidas van a tener un efecto negativo. Por ejemplo, los padres, que ya están bastante
ocupados y preocupados con sus obligaciones laborales y sociales, tendrán que involucrarse
mucho más y de manera cotidiana en los estudios de sus hijos. ¿De donde sacan el tiempo?, se
preguntan. Otros padres, sin embargo,
piensan que es buena idea aprovechar y utilizar las nuevas tecnologías.
Un aspecto muy importante de las ALCE es el
efecto aglutinante que tiene en las comunidades. Por ejemplo, en Melbourne donde hasta el
presente, las clases se imparten en el Hogar Español, los padres/abuelos
aprovechan la oportunidad para intercambiar opiniones e ideas con otros padres
sobre temas de interés común, digamos: ¡clases de lengua y cultura española! O se reúnen, como en Canberra, bajo el
auspicio de la AMPA local y organizan actividades tales como charlas de expertos, películas,
etc.
Aquí en las antípodas las comunidades nos
aferramos a cualquier salvavidas para mantener nuestra lengua y tradiciones. Por desgracia y debido mayormente a la tiranía
de la distancia y el desfase de las estaciones del año es muy difícil mantener
el ánimo y organizar actividades en coordinación con lo que en el momento esté
sucediendo en España. Cuando en Europa están
de vacaciones en la playa aquí estamos muertos de frio trabajando y cuando aquí
estamos cenando en Europa están desayunando.
Nos podemos imaginar llevar a nuestros hijos de “vacaciones de verano” a
España en el mes de enero!
Si el programa ALCE desaparece las
comunidades, que ya están bastante abatidas debido al peso de la edad y la
paulatina pero inexorable disminución de la comunidad, sufrirán una gran pérdida.
Por esto es importantísimo que hagamos saber al gobierno nuestra opinión sobre las nuevas instrucciones del ministerio.
Finalmente, no todo son malas noticias. Tenemos entendido que en el Reino Unido han
abierto una nueva aula de ALCE. Seguimos
a la espera de que se establezca la de Irlanda.
Juan Rodríguez
CRE de Canberra
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